jueves, 30 de abril de 2009

Se llama Miedo


La desinformación genera miedo, pero ahora pienso que el exceso de información también.
Porque uno debe poner en alerta todos sus sentidos, empezando por el común y terminando con el del humor. Ser crítico y pensante. Cosa rara en esta nación visceral y salvaje.
La paranoia te gana.
La tarde.noche de ayer me la pasé leyendo información oficial, información de los medios, información que llegaba a mi bandeja de correo con historias macabras.
Del fin del mundo a la doctrina del shock.
¿Cuál es la verdad?
La verdad es que son muchas verdades, porque un fenómeno como éste es sorpresivo y lleva al pánico y la desesperación.
Llegó un momento en que la paranoia me asaltó por completo y comencé a sentir mucho miedo.
¿Miedo de qué?
De no saber qué creer, sí como si fuera un asunto de fe.
Miedo de sentirme engañado y que todo fuera mucho peor o mucho menor y que alguien me estuviera timando políticamente, como desde años en este país.
Al final del día me puse a reflexionar en cómo funciona una influenza, cómo se transmite cómo se controla.
Y entonces me puse en los zapatos del presidente de la nación.
Sentido común, mejor prevenir que lamentar: si la influenza se transmite con simples estornudos, con contactos físicos simples, pues hay que evitarlos.
Esto es mejor tomar medidas extremas como encerrar a todo mundo en sus casas y evitar aglomeraciones, por una sencilla razón: antes de que el sistema de salud se colapse más de lo que ya está, mejor que se detenga en cada hogar.
Y es que en este país la cultura de la prevención es casi nula.
Ahora, si alguien me lo preguntara, pues sí, mi vocación ha sido estar en contra del sistema, de los gobiernos, sospechar de todo. Se lo han ganado a pulso.
Sin embargo pienso en el impacto económico que genera la epidemia, y eso no será para nada popular, a pesar de las manifestaciones del 1 de mayo o de lo que se estaba planenado contra las acciones políticas.
El problema es la especulación.
Ayer ya, en Puebla había cubrebocas a 50 pesos. ¿Y la Profeco?
El problema es que si esto dura unos días más. las compras de pánico se harán más visibles, especialmente entre mañana y pasado mañana que es quincena. Y eso generará sin duda violencia y caos.
Los cubrebocas son una medida de precuación, pero no son la panacea. Si no se toman en cuenta las otras medidas: cubrirse de los estornudos, no besar, no tocar a nadie, comer frutas y verduras, tomar vitaminas, no salir más que a lo necesario, difícilmente el cubrebocas servirá para algo.
Y además existen las bufandas, los paliacates, los pañuelos... o sea, no es necesario salir como loco a buscar un objeto agotado. La sacralziación, el fetichismo.
El miedo.
El miedo nos puede congelar hasta la inacción, pero el miedo nos puede llevar a cometer estupideces.
Antes de actuar, de descalificar, de opinar, me parece que hay que detenerse a pensar un segundo, dos, qué es lo que está pasando en realidad.
El poder se puede aprovechar de la situación, no faltará el especulador, el abusivo, el ganón. Por ello, no hay que dejar de mirar ni de vigilar.
Pero no me parece una estrategia macabra desde el poder.
No percibo que no esté pasando nada. Están pasando un montón de cosas y lo mejor que podemos hacer es informarnos y ser lo más críticos posible con la información que nos llegue, saber cuál es puro rumor y cuál tiene bases científicas más rígidas.
Es una influenza, no es mortal. Sólo hay que dejar de automedicarse, atender los síntomas y llevar a cabo las medidas precautorias.
Combatir al miedo.
Combatir el shock.
Buscando lainformación y siendo inteligentes, antes de que el fin del mundo nos alcance.
Y por favor, contando algunos chistes de vez en cuando.
Salud.


Un escrito de nuestro amigo Brahim Zamora :)

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